La Real Academia Española (RAE) es un organismo que se ocupa de la elaboración de reglas normativas para el idioma español, con el fin de regular su unidad en los territorios hispanohablantes. Estas normas están recogidas y plasmadas en el Diccionario de la lengua española (DRAE), que abarca tanto la gramática como la ortografía.
La RAE trabaja «al servicio del honor de la nación», en coordinación con las restantes 21 Academias Nacionales de los Países de habla hispánica y, junto con ellas, forma la Asociación de Academias de la Lengua Española.
Se fundó en 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena y duque de Escalona. Felipe V aprobó su constitución el 3 de octubre de 1714 y la colocó bajo su «amparo y Real Protección».
El propósito de la institución fue «fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza», para mantener el estado de “perfección suma” alcanzado en el siglo XVI.
Actualmente, la Academia «tiene como misión principal velar porque los cambios que experimente la Lengua Española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes, no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico».
Su sede está en Madrid.
Se tomaron como modelo para su creación la “Accademia della Crusca” italiana (1582) y la Academia Francesa (1635).
Desde muy pronto, la Academia vio reconocida su autoridad en materia lingüística, porque responde a la necesidad de regular una lengua tan extensa como la española, adaptando su funcionamiento a los tiempos que le ha tocado vivir y sin influencias políticas.
La RAE es considerada frecuentemente como una organización conservadora: sin embargo, se esfuerza en mantener el lenguaje formal en sintonía con la actualidad, pero tampoco “cierra las puertas” a la admisión de nuevas palabras.