En nuestra ruta por las leyendas de Granada, no podíamos dejar de hablar de uno de los elementos más característicos del paisaje albaicinero: los aljibes.
Estas construcciones -en Granada podrás encontrar un total de 27- servían para acumular y repartir el agua en la ciudad. Aunque ya están en desuso, son un símbolo característico del tradicional y pintoresco barrio del Albaycín de Granada. En concreto, hoy hablaremos del aljibe de la vieja, que guarda en sí una de las leyendas más enigmáticas de la ciudad.
Según cuenta esta leyenda de Granada, el aljibe se encontraba en el huerto de una anciana solitaria llamada “María La Tomillo”. Su única preocupación era una higuera que daba frutos de espectacular sabor. Tanto, que llegaron a hacerse famosos, pero pocos podían probarlos, ya que María vivía vigilante de día y noche para que nadie los robase y lanzaba piedras a los curiosos.
Hasta tal punto llegó su obsesión que, según cuentan, un día, la anciana, en un ataque de rabia, hizo un pacto con Satanán para que todo aquel que probase los frutos de su ansiado árbol enfermase. María La Tomillo vendió la eternidad de su alma a cambio de que el sabor de sus higos tornase de dulce a amargo. Por casualidad, la anciana apareció muerta a los pocos días cerca de la higuera.
Pero, cuentan que, cuando llega la noche y tras el repique de la última campanada de la Torre de la Vela, se escuchan extraños sonidos cerca del Aljibe de la Vieja. Según algunos vecinos, se podía ver a la anciana en forma de sombra negra dando vueltas por su higuera de la que brotaban higos de oro y diamantes. Al amanecer, la sombra desaparecía convertida en lechuza.
Tal fue el pavor y asombro de los vecinos de la zona que la Santa Iglesia decidió exorcitar el lugar y cortar la higuera para romper el maleficio. Aunque, según cuenta la leyenda, a medida que era cortada, la higuera volvía a surgir una y otra vez.
Si te ha gustado esta leyenda y te apetece conocer aún más la historia de estos elementos granadinos, toma nota. Podrás apreciar este aljibe en la misma calle que lleva su nombre -Calle del Aljibe de la Vieja- bajo el jardín de un Carmen, en la parte alta del Albaicín.