Que la Alhambra está llena de leyendas y secretos es algo sabido por todos. Sin embargo, entre sus leyendas, ciertas o no, encontramos parte del conocimiento de la época de la Granada musulmana. Hoy hablamos sobre la leyenda de la sala del Mexuar.
Qué es el Mexuar
A los amantes de la historia y la Granada antigua, nos encanta conocer los detalles sobre la vida social. Y ya que en otro momento hemos hablado sobre el alamín, una figura muy destacada del comercio en la Granada musulmana, hoy lo hacemos sobre el Mexuar.
La palabra Mexuar (típica de los dialectos árabes de Andalucía y el Magreb) proviene del árabe clásico Maswar, el lugar donde se reúne la sura (el consejo de ministros del sultanato). En el Mexuar tenían lugar las reuniones en las que se sacaba en claro las decisiones políticas del territorio. Sin embargo, en Granada la sala del Mexuar tuvo un uso muy peculiar.
La sala del Mexuar
La que es de las salas más antiguas de la Alhambra, se encuentra a la entrada del palacio. Quizá por eso es una de las salas que ha sufrido mayores transformaciones. Desde sala de recepción hasta capilla católica. Sin embargo, su uso original es digno de leyenda.
Se cuenta que se construyó con una gran celosía, que permitía, desde una parte de la sala, ver sin ser visto. Así, el sultán de la Alhambra conseguía escuchar las conversaciones que se daban durante los juicios y lograba impartir el veredicto más justo.
Debido a que esto formó parte de los secretos del reino, esta información se ha perdido con la marcha de los sultanes en 1492. Sin embargo, nos queda la leyenda y una inscripción que según ella el sultán hizo inscribir en la puerta de la sala: «Entra y pide. No temas pedir justicia que hallarla has.»