Actualmente decimos que alguien ha dado en el clavo cuando ha acertado algún enigma, cuando ha dado con la solución correcta ante alguna situación o cuando ha sabido reaccionar correctamente.
Antigüamente existía un juego que consistía en arrojar desde lejos unas anillas de hierro para intentar colarlas en un clavo que había clavado en el suelo. Así, quien conseguía acertar con la anilla en el clavo, es decir, quien daba en el clavo, ganaba la partida. De ahí que hoy en día sigamos diciendo que quien acierta algo ha dado en el clavo.