O Mariana Pineda (1804 – 1831) representa el símbolo de la lucha por defender la igualdad y la libertad en España durante la restauración de Fernando VII. Ella deja la historia política para convertirse también en un personaje de interés literario – de hecho fue inmortalizada por Federico García Lorca, asesinado años más tarde para apoyar a ideas de libertad de expresión y democracia.
Durante de la Guerra de la Independencia, la ausencia del rey hace que las Cortes de Cádiz acepten la Constitución de 1812. Al mismo tiempo Fernando VII (1814-1833) intenta resistir a todos los avances políticos y sociales que se extienden por toda Europa y España. No obstante, entre 1820 y 1823 se verifica el «Trienio Liberal”, hasta que una intervención militar exterior le permite de volver a su absolutismo hasta su muerte diez años después. Durante de estos años el monarca aplica una represión brutal y sangrienta contra quien cuestiona el sistema absolutista, y las penas de muerte se convierten en prácticas muy habituales.
Pero ¿quién es Mariana Pineda?
Nacida en 1804 en Granada, su padre pertenecía a una familia noble y su madre descendía de padres modestos: de este amor sin diferencias sociales nació Mariana Pineda.
A los quince años Mariana se casa con el liberal Manuel de Peralta y Valte, empezando a compartir la misma causa liberal. En esta Granada llena de conspiraciones y de persecución a los liberales – que siguieron siendo fieles a los principios de la derogada Constitución – en 1831 culmina la lucha de Mariana de Pineda contra el sistema absolutista: se convierte en enlace con los exiliados de Gibraltar, esconde a gente comprometida en su casa y prepara también la fuga de la cárcel de un condenado a muerte.
El 18 de marzo de 1831 terminará la vida de Mariana, la cual está acusada de tener una bandera que simbolizaba la lucha contra la monarquía «Ley, Libertad, Igualdad» – según sus perseguidores, aunque probablemente fue colocada en su casa por la misma policía.
De hecho ella está acusada «…por conspiración contra la seguridad del Estado y los legítimos derechos del trono», en el cual Fernando VII considera la condena como «justa y arreglada a la ley», firmando la sentencia de muerte.
El 26 de mayo de 1831, con tan sólo veintiséis años de edad, Mariana Pineda es ejecutada en el Campo del Triunfo de Granada, convirtiéndose así en víctima y mártir. «Nunca una palabra indiscreta saldrá de mis labios», estas son las palabras que dijo a sus captores la joven, prefiriendo morir que delatar a sus compañeros.
En 1925, el poeta de Granada Federico García Lorca termina la obra dramática basada en su historia dando a conocer esta figura histórica que ya se había recogido popularmente. Al mismo tiempo, en 2004, se inauguró en su última residencia una placa conmemorativa que lee «En recuerdo de Dª MARIANA de PINEDA que murió en defensa de la libertad, el Excmo. Ayuntamiento de Granada le dedica este homenaje en su casa familiar, con motivo del bicentenario de su nacimiento, que tuvo lugar el 1 de septiembre de 1804«.