Este refrán es claramente una metáfora para explicar como, por diferentes razones, las otras personas siempre aparecen vivir en una situación mejor comparada a la nuestra, aunque podría no ser así. Este sentimiento puede tener como causa muchas razones diferentes: otras personas pueden aparecer más felices, más realizadas más ricas y así…pero al final lo que vemos no siempre refleja la realidad de las cosas.
Este refrán nos recuerda que, en la mayoría de los casos, no nos damos cuenta del valor que tiene lo que poseemos y estamos siempre admirando a la vida de otras personas y a lo que poseen, olvidando de apreciar lo que hay en nuestra vida.