El significado de este refrán consiste en una situación que cada uno conoce: cuando un niño pequeño quiere conseguir una cosa o, por lo menos, atraer atención de adultos, rompe a llorar.
Por lo tanto, el significado de esta expresión se puede deducir con facilidad: el que no sabe pedir lo que quiere o se queda calladito, se queda sin ello.