¿Verdad que un ojo es muy valioso? ¿Verdad que también lo es un riñón? Podemos sobrevivir sin uno de ellos, pero lo cierto es que perdemos una parte importante de nosotros mismos y tenemos que ir con más cuidado a partir de ese momento.
Pues bien, los españoles utilizamos la expresión costar un ojo de la cara o costar un riñón cuando alguna cosa cuesta mucho de conseguir (en dinero o en esfuerzo).
Por ejemplo: «Mira que pedazo de coche, seguro que cuesta un ojo de la cara (=mucho dinero)».