«El gato escaldado, del agua fría huye» es un refrán español que quiere explicar como las malas experiencias suelen servir de escarmiento, haciendo que nos fijemos más en ocasiones similares, aunque no tengan el mismo peligro que aquella que nos sirvió para escarmentar.
Quien ha padecido algún daño en una situación peligrosa teme hasta la apariencia de aquello que le ha hecho sufrir. En un sentido más general, este refrán indica que una experiencia dolorosa nos vuelve muy desconfiados.
Ojalá siempre fuera así y aprendiéramos de los errores que cometemos, con lo que no tendríamos que decir que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra.